El sofá es uno de los muebles más importantes de una casa, en el que podemos relajarnos y ponernos cómodos después de un día largo. ¿Pero alguna vez te has preguntado cuáles son las partes de un sofá y qué es lo que determina que sea más o menos confortable?
Como veremos a continuación, tanto los sofás de exterior como los sofás de interior están compuestos por diferentes piezas que determinan la calidad, comodidad y aspecto del mismo.
En este post, te explicamos cómo es un sofá por dentro para que tengas claro todo lo que influye en su calidad a la hora de escoger un buen mueble para tu jardín o para tu salón.
Tabla de contenidos
Toggle¿Cuáles son las principales partes del sofá?
Lo primero que debes saber es que cada parte de un sofá influye directamente en su durabilidad, resistencia y confort. A continuación, te contamos cómo se llaman las partes de un sofá y para qué sirve cada una de ellas:
Estructura o armazón: la parte de un sofá más importante
La estructura de un sofá, también llamada armazón, es la pieza más importante del mismo, dado que funciona como el esqueleto sobre el que se vertebra el resto del mueble. Es la parte del sofá que soporta todo el peso y determina tanto su resistencia como su durabilidad.
De hecho, una buena estructura para sofá garantizará que el mueble no se deforme con el tiempo y que pueda soportar el uso diario sin problemas. No obstante, para evaluar la calidad del armazón hay que fijarse, principalmente, en los materiales utilizados.
Materiales del armazón
Los materiales más comunes en la fabricación de la estructura de un sofá incluyen:
- Madera maciza: es la opción más resistente y duradera, pero también suele ser la más cara. Se utilizan maderas como el roble, el haya, el pino o el nogal, que ofrecen una estructura sólida que puede durar décadas sin perder su forma.
- Madera contrachapada: se compone de varias capas de madera prensada y, aunque no es tan sólida como la madera maciza, sigue ofreciendo una buena resistencia por un precio más económico.
- Tablero aglomerado: es la opción más barata, pero también la menos duradera. Con el tiempo puede debilitarse o deformarse, especialmente si el sofá se ve expuesto a la humedad. Se utiliza en sofás de gama baja y no es recomendable si buscas un sofá que dure muchos años.
- Metal: se utiliza en algunos sofás modernos o estructuras tipo futón. Ofrece una gran resistencia y ligereza, siendo además una excelente opción para sofás de exterior por su alta resistencia a la humedad.
Suspensión: el secreto de la comodidad y durabilidad
Otro de los componentes de un sofá que más influyen en su calidad es la suspensión, que hace referencia al sistema que soporta el peso y distribuye la presión de manera uniforme. Esta pieza va encima del armazón y evita que el asiento se hunda con el tiempo.
Existen varios sistemas de suspensión, entre los que destacan principalmente dos:
- Muelles en zigzag: se utiliza en la estructura interna de un sofá de gama alta y media, debido a su equilibrio entre confort y resistencia. Consiste en una serie de muelles en forma de S que van fijados a la estructura del mueble mediante grapas o tornillos, permitiendo una distribución uniforme del peso.
- Cinchas: son una opción muy habitual en sofás de gama media y baja. Se trata de unas bandas de goma o nylon elástico que se entrecruzan en la base del sofá y se fijan a la estructura, pudiendo ofrecer mayor o menor resistencia en función de su calidad.

Cubierta del armazón: la capa invisible que marca la diferencia
Sobre el armazón y la suspensión, pero antes del tapizado, se coloca la cubierta del armazón, cuya función principal es suavizar las formas de la estructura y aportar estabilidad al relleno.
Para esta parte del sofá, se utilizan habitualmente materiales como:
- Espuma de baja densidad, para dar una base más uniforme antes del tapizado.
- Fibra siliconada, para suavizar las líneas del sofá.
- Telas de refuerzo, para evitar el roce entre el relleno y la estructura.
Asientos y respaldo: el corazón del confort
El asiento y el respaldo son los componentes de un sofá que más influyen en su comodidad. Ambos se fabrican utilizando un relleno que puede estar compuesto por diferentes materiales, como veremos a continuación.
El asiento es la superficie en la que te sientas y su nivel de firmeza o suavidad depende del tipo de espuma o relleno utilizado, así como del sistema de suspensión del que ya hemos hablado. En cuanto al relleno, puede estar compuesto por espuma de poliuretano, fibra siliconada, viscoelástica, plumón o una combinación de estos materiales.
Por su parte, el respaldo es la parte en la que apoyas la espalda, pudiendo estar formado por un solo cojín para toda la pieza o por cojines independientes. Además, el respaldo puede ser alto, ofreciendo un mayor soporte para la cabeza o el cuello, o bajo. Al igual que el asiento, el respaldo está fabricado con un relleno que puede ser de diferentes materiales.
Materiales del relleno
Veamos cómo influyen los materiales del relleno en la comodidad del sofá:
- Espuma de poliuretano: es el relleno más utilizado en sofás gracias a su resistencia y capacidad de recuperación. Su densidad puede variar, ofreciendo desde asientos más firmes hasta opciones más mullidas. Las espumas de alta densidad (más de 30 kg/m³) garantizan una mayor durabilidad y evitan que el sofá se deforme con el tiempo.
- Plumón: es un relleno natural y tradicional, compuesto por plumas de ave. Actualmente, suele usarse en sofás de alta gama, debido a la suavidad y confort que proporciona. Sin embargo, requiere un mantenimiento frecuente, ya que tiende a apelmazarse con el uso.
- Fibra siliconada: se trata de un material sintético que imita la suavidad del plumón, pero con mayor resistencia y menor mantenimiento, además de ser hipoalergénico.
- Viscoelástica: un relleno moderno que se adapta a la forma del cuerpo y recupera su estado original lentamente. Aporta una sensación envolvente y alivia la presión en los puntos de contacto, siendo una alternativa perfecta si buscas un sofá ergonómico y cómodo.
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Brazos: las piezas de un sofá que aportan estilo
Los brazos o reposabrazos del sofá influyen en la estética del mismo, pero también en su funcionalidad y nivel de confort.
Suelen tener un interior de madera maciza, aunque en algunos diseños el reposabrazos es completamente de madera vista dándole un estilo rústico pero menos cómodo. Normalmente, los brazos se acolchan con espuma de alta densidad y fibra sintética, que aportan la sensación mullida al apoyarse.
Dependiendo de su diseño, esta parte de un sofá puede aportar diferentes cosas:
- Reposabrazos anchos y acolchados: ideales para quienes buscan mayor comodidad, suelen estar rellenados con espuma o fibra y pueden servir incluso como asiento adicional.
- Reposabrazos estrechos y rectos: dan un aspecto más moderno y estilizado al sofá, siendo perfectos para espacios pequeños dado que ocupan menos sitio sin sacrificar funcionalidad.
- Reposabrazos curvos o en rollo: aportan un aire clásico y elegante, típicos de los sofás de estilo Chesterfield. Suelen estar bien acolchados y proporcionan una sensación acogedora.
- Reposabrazos bajos o casi inexistentes: habituales en sofás de diseño contemporáneo o modulares, permiten una mayor libertad de movimiento y pueden hacer que el sofá sea más ligero visualmente.
Patas: la base que define la estabilidad
Las patas son las piezas de un sofá que funcionan como soporte, manteniendo el mueble por encima del suelo y facilitando la limpieza y ventilación de la base. Fabricadas en madera, metal o plástico, su diseño puede variar según el estilo del sofá:
- Patas altas: ideales para sofás modernos y minimalistas, aportan ligereza al mueble y facilitan la limpieza por debajo del mismo.
- Patas bajas o casi invisibles: dan una apariencia más robusta al sofá y reducen la altura del asiento, creando una sensación más acogedora.
- Patas torneadas: comunes en sofás de estilo elegante, suelen estar hechas de madera maciza con acabados detallados.
- Patas con ruedas: ideales para mover el sofá con facilidad, son habituales en sofás ligeros y de estilo inglés.
- Patas integradas en el armazón: algunos sofás no tienen patas visibles porque forman parte de la estructura, dando una sensación de mayor estabilidad pero complicando la limpieza por debajo del mueble.
Tapicería: la cara visible del sofá

La tapicería es una de las partes de un sofá que más influyen en su estilo, estética y textura. Pero más allá de su apariencia, la tapicería también afecta a la comodidad, la resistencia y el mantenimiento del mueble.
La elección del material dependerá del uso que quiera darse al sofá, el entorno en el que se ubicará y la facilidad de limpieza que se busque, siendo los más comunes:
- Tela: puede estar hecha de algodón, lino, poliéster o una mezcla de fibras. Es el material más utilizado en sofás por su variedad de colores, texturas y estampados, además de proporcionar un tacto agradable. Algunas telas, como el poliéster, pueden tratarse para que resistan mejor las condiciones del exterior, haciéndolas ideales para sofás de jardín.
- Cuero natural: es un material elegante y sofisticado, muy utilizado en entornos de oficina. Está disponible en acabados mate o brillantes, según el tratamiento aplicado, pero requiere hidratación para que no se agriete con el tiempo.
- Polipiel o cuero sintético: una alternativa económica al cuero natural, que además resulta más fácil de limpiar y mantener. Sin embargo, puede desgastarse con el tiempo y ser menos transpirable que el cuero auténtico.
- Microfibra: fabricada con fibras sintéticas, es resistente al desgaste y a las manchas, siendo además muy agradable al tacto.
- Terciopelo: un material lujoso de tacto muy suave, que tiene además una apariencia brillante cuando recibe luz. Sin embargo, si buscas limpiar el sofá de forma sencilla y rápida puede que esta no sea la mejor opción para ti, dado que el terciopelo es un material muy delicado propenso a marcarse con el uso.
Cojines: el toque decorativo final
El último componente de la estructura de un sofá son los cojines, que no solo aportan un extra de comodidad sino que también son un elemento decorativo clave. Con ellos, puedes transformar el estilo del sofá según la temporada o darle un aire más acogedor y personalizado.
Al igual que los asientos y el respaldo, pueden tener diferentes tipos de relleno que influyen tanto en la comodidad que proporcionan como en su mantenimiento. Tradicionalmente, lo más habitual eran los cojines de plumón, pero a día de hoy son muy comunes los cojines de fibra siliconada y espuma de poliuretano.
Asimismo, podemos encontrar diferentes cojines según su función:
- Cojines de respaldo: aquellos que forman parte del sofá y brindan soporte a la espalda.
- Cojines decorativos: no son esenciales para la estructura del sofá, pero añaden color y estilo.
- Cojines lumbares: diseñados para proporcionar un mayor soporte en la zona de la espalda, muy utilizados en sofás con respaldo bajo o muy mullidos.
- Cojines auxiliares o de reposo: más grandes y suaves, perfectos para apoyar la cabeza o los brazos.
Ahora que ya sabes cómo es un sofá por dentro, estás preparado para elegir el modelo que mejor se ajuste a tus necesidades. Y si necesitas que te ayudemos a elegir un sofá de interior o de exterior, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. ¡En Home Zentrum estaremos encantados de ayudarte!



